Acaban mis días por Guyana Francesa
Y como anuncia el título, se acaban mis días por estas tierras. No voy a hacer un balance típico, no tengo ganas ni tiempo. Bueno, puede que tiempo si. Estoy en el trabajo y han pasado 2h sin que vengan pacientes. Me ha dado tiempo a comer, a limpiar el coche y quejarme de lo cansada que estoy por limpiar el coche. He perdido maneras y forma. Aunque el calor no ayuda. Parece limpio, aunque lo hay hecho con un paño sucio y agua cuestionable.
Mañana cojo el avión, salgo a las 21h, pero que en la península equivale a 5h más, y el canarias 4 horas más. Después, aterrizaré a las 10h50 hora local. Pero el vuelo son solo cerca de 9 horas, parecen más por el cambio horario. Y con horas de escala me las tengo que arreglar para facturar y no perder el vuelo directo a Canarias. Espero que no nos tenga sobrevolando el cielo esperando pista, pues venimos de lejos y tengo poco tiempo.
Mi siguiente vuelo destino canarias sale a las 12h45 hora local. Y se estima que llegaré a las 16h05. He pagado hasta asientos delanteros para salir antes, en el que llega a Paris, pero aún así, como es de esos aviones grandes, voy en el asiento 23, así que no me parece que esté muy adelante. Posiblemente lo hice muy tarde. Pero al menos esta vez voy en pasillo y no me siento como una fajita rodeada por todos lados.
Hoy iremos a cenar a un restaurante Libanés, que desde que llegué le pedí a Niomí de ir un día a cenar, que ellas suelen salir y aprovechar. Al final parece que no se ha apuntado mucha más gente. He iremos Niomí, Fabian y yo. Un grupo un poco extraño, poco común y esperable. Pero al menos trabajamos juntos. Niomí prefiere que no existan grandes multitudes, aunque no fuera a venir más gente, no lo dije por el grupo de los fisios, no fuera a ser.
Además, Margot, de las últimas que llegó, se ha ofrecido si puede hacerme una pequeña despedida antes de llevarme al aeropuerto. Así bueno, eso está mas o menos arreglado.
Es una pena que ellos no llegaran bien, pues el ambiente en la casa con ellos es mucho más limpio y armonioso. Son un poco desastre en dejar alguna cosa por ahí y tal. Pero no están con esa energía negativa, egoísmo y mal rollo de otras.
Una noche les hice unas pequeñas tortillas de papas para comer los tres juntos. Y triunfaron mis tortillas, ya me estoy haciendo una experta como mi hermana. Pero el tema de las tortillas viene de generaciones. Ya mi abuela Libertad se marcaba unas ricas tortillas, y mi madre antes de que se pusiera a hacerlas al horno o con la "cocinera", también se "marcaba unas buenas tortillas". Pero sin duda, por mis recuerdos, las de mi hermana son las mejores tortillas que he probado en mi vida, aunque las mías ya le siguen de cerca.
Ayer le lloré a Fabian, que se estaba haciendo una hamburguesa y acabó invitándome a una. Así acabamos comiendo como cerdos, una hamburguesa que rebosaba por todos los lados. Pero bien pringados y conversación sana. Comidos por los mosquitos y el calor, hace que te recojas pronto a la habitación a cobijo del aire acondicionado.
Así pues, tengo bien diseñada mi mochila en la cabeza, voy a intentar reducir todo a una sola mochila ( vine con una de 50l y una de 30 l dónde metí la electrónica y el papeleo y venía con migo. Pero todo se complicó porque antes pasé un mes por metropole (la península francesa) y hacía frio. Así que tuve que meter para dos tiempos y 4 meses en una mochila de 50l. Además de la hamaca y la mosquitera.
Obviamente, para reducir espacios, y porque poco uso le daré a eso en canarias. La mosquitera, la hamaca se quedan aquí y seguro que alguien le dará mejor uso. Además, se quedan abandonadas las playeras, que están lisas, y alguna cosilla más que se quedará por aquí. Eso me dará capacidad para disminuir volúmenes y intentar evitar facturar.
Se complica todo un poco porque compre un banco. Uno de esos de sentarse, claro. No he ganado tanto dinero como para comprar uno de esos que dicen que te guardan el dinero y especulan con el tuyo. El banco se puede plegar, y es artesano de madera de (ni se cuantito) que hace que pese poco, y me costó una pasta. Y pretendo llevarlo en cabina, y no facturarlo. Así que la mochila debe estas minimizada en su mínima expresión. Lo importante, lo más caro y lo que le de uso será lo único que irá conmigo.
Y hasta aquí ha sido todo mi paso por Guyana Francesa. En términos generales bien, agradable, salvo ciertas situaciones. Como la vida misma.
Pendiente de nuevos proyectos y abierta a diferentes cosillas, las primeras semanas de agosto no estaré disponible para atender pacientes. Después, podemos hablar 😉.
Cuídense, se les quiere mucho.