Desde Perú 2
Esta a pesar de las largas jornadas, ha pasado rápido. En nada haremos dos semanas los 3 internos. Ya hemos realizado una presentación para el equipo médico, que puede mejorar por no se acercó a la perfección, ni de lejos jajaja. Pero bueno, solo queda mejorar y aprender de los errores. No les dejaré otra vez que se encarguen de llevar el archivo, eso se debe saber antes. Actualizaré toda la información para que no me puedan discutir que no está suficientemente actualizado, sin la información suficiente no se puede ganar una discusión (sanamente). Por ultimo, debemos reunirnos para saber que va a decir cada quién, así evitamos pisarnos y evitamos estar inseguros con la información que se dará después.
Además de esto, esta semana estuvimos dos intervenciones con vecinos de la comunidad de Maras, campañas de prevención, implementación y mejora salud. Lo que más fuerte se trabaja es la odontológica, dónde la chica de prácticas en su último año, encarga de examinar la boca de cada uno de los niños que pasa y rellenar la debida ficha odontológica. Yo por mi parte, estoy de apoyo poniendo flúor a los niños e intentando explicarles que no deben de tragar eso. Por lo visto eso hoy en día no se hace por el peligro a intoxicación, pero ahí estoy yo, poniendo una boquilla de esas con flúor en las minúsculas boquitas esas durante 3 min con su correspondiente babero.
Después los niños pueden escupir en un lavamanos que tengo allí. Gracias a la primera experiencia del martes, el viernes conseguí jabón para lavado de manos. Aún estoy en búsqueda de un cepillito para las uñas, porque esas manos que vienen a diario, tienen gran suciedad bajo las uñas.
Así que esta vez, bajo la experiencia de lo mal que venían después de que le pinchaban el de dedo para valorar la posible anemia, lo cambiamos y dejamos la parte de "laboratorio" para el final, y todo fue más fluido y rápido.
Retomando lo anterior, especialista en poner flúor a pequeñines con cubetas de tallar estándar, con el jabón, les "obligaba" a lavarse las manos para poder lavarse la carita de o que escupían. No siempre conseguí que no se enjuagaran la boca, pues debían esperar al menos 30 min para su mayor beneficio. Al lavarse las manos, en la gran mayoría salí bastante suciedad. Era ideal que se lavaran las manitas para luego pasar a laboratorio dónde le pinchaban el dedo y luego comer.
En mi espontaneidad característica y forma de hablar, les solté en alguna de esa a los niños:
- Hay que seguir lavando las manos hasta que deje de salir toda esa mierda (dígase suciedad).
Las caras de los niños por lo visto, un poema. La cara de la directora de hospital y la de marketing que andaba por allí sacando fotos, casi se explotaban de la risa.
Después de eso, aún se ríen, pero yo sigo sin tener muy claro como debo decirlo para que no se ofendan. Otra cosa es cuando lo sepa, saber y recordar decirlo.
Cambiando de tercio, el viernes noche pensábamos ir a Urubamba a cenar y despedir a una compañera que terminaba su estancia en VW. Pero al medio día nos invitaron sin opción a negarse, que se pondría un picoteo y karaoke para despedir a la compañera. Así que cambiamos los planes y por allí nos quedamos. Yo me acerqué para pasar un rato, pero no pretendí cantar, a pesar de eso, y bajo tanta insistencia, les canté en compañía de Clau (mi compañera de cuarto) "A quién le importa, de Alaska" y tan a gusto que me quedé. Se la dediqué a todos, en especial a los más religiosos (que por suerte no son tantos). ¿no querían? Pues eso.
El sábado nos escapamos tres a la cervecería que queda aquí cerquita. Cervecería artesanal, con un muy buen ambiente. Unas terrazas cerca del río, con césped y en un entorno muy agradable. Allí arreglamos el mundo y nos desahogamos. Llegamos en hora a alojamiento.
Para rematar el fin de semana, nos fuimos al Carnaval de Cusco. Ataviadas con la ropa que menos cariño se tuviera, un chubasquero y ropa para cambiarse. Nos esperaba la guerra del agua.
El día más fuerte era el domingo, que consiste en tirarse globos de agua, espuma de esas tipo nieve, pistoletazos de agua y algo de pintura en tipo polvos talcos. No hay música,p pero tampoco se si se hubiera podido escuchar. En cualquier caso, nosotras nos fuimos temprano, volvimos a las 14 h por miedo de que no hubiera servicio de transporte más tarde. Por lo visto, después se vuelve más loco, y ya no hay servicio. Y claro, estamos como a una hora y media de cusco (según la velocidad y si las combis y colectivos se llenan rápidamente).
La cosa es que nos llevamos fuertes golpes de globos de agua que venían de las alturas o alguno que pasaba y tiraba con "rabia" para que no rebotara y si te mojara enterita. También alguna acabó con irritación en los ojos de la espuma que tiraban intencionadamente en la cara. Yo por mi parte, fui precavida y llevé gafas de sol. Terminamos comiendo un rico pollo asado con papas unas cuadras más allá, fuera de tanto peligro.
Una vez en la habitación, descansadas y duchadas, salimos a la tiendecita de más allá a tomar unas cervezas y unas papas fritas para despedir el domingo. Genial hubiera sido hacerlo resguardado del frio viendo una peli, pero las normas no lo permiten. Aunque hecha la norma, hecha la trampa ;-), dejen volar la imaginación.
Ya estamos planeando para este próximo fin de semana, el sábado, salir de fiesta a Cusco por el cumpleaños de una doctora. Parece que habrá que pedir permiso y cuidarnos unas a otras, pero se podrá hacer. Les he convencido para alquilar algo y descansar antes de venir, aprovechar el viaje y no darlo todo en la noche. Hoy espero que esté todo aclarado y confirmado. Me tocará bailar pachangueo, pero seguro que dejándome llevar, lo pasaré bien.
Por aquí todo bien, me cuidan, me dejo llevar y aprendiendo de la vida (un poco menos de enfermería).
Un abrazo, ¡se les quiere!