Desde Perú 5
Desde la habitación de Lima. Es domingo, hace calor y ya desayuné un bol de frutas con yogur. Que rico, ayer me aventuré después de sentirme mejor, porque estoy media constipada, al metro (un supermercado). Allí compre frutas naturales, yogur, un bote de leche, un paquetito pequeñito de mantequilla que debe ser como oro, porque tenía etiqueta de esas antirrobo, y poco más compre.
Me parece que la cesta de la compra, si te descuidas, es como en España, porque por unas pocas cosas pagué 86 soles, que son algo más de 21euros. Vamos, un atraco.
Hablando de atracos, parece ser que eso es el pan nuestro de cada día en Lima, pero por la zona que yo he andado, no me parece peligrosa, pero si muy vibrante. Gente por todos lados, coches, muchos coches, restaurantes y todo tipo de negocios.
He sobrevivido a mi primer día por Lima sin que me asalten, la cosa va mejorando. No se, con tanta anécdota desagradable, me tienen hasta asustada. Es como esa sensación de que cada día superado, debes agradacer jajaja.
Bueno, yo les aviso, y lo digo por una de las anécdotas que me contaron. Si me pasa algo, no les voy a pedir dinero por Facebook. Así que, si me roban el móvil y les piden dinero desde mi cuenta de Facebook que ingresen dinero a una cuenta bancaria, no seré yo. Eso querrá decir, o me han jaqueado la cuenta, o robado el móvil.
En la casa que reservé en Lima, no está mal. Podría estar algo más limpia, pero el rollo desenfadado, hace que a pesar de ser cuidadosa, no me obsesione si la lio con algo.
La señora Olga es muy amable, pero equilibrada, estando a su rollo. Por mi culpa, o más bien la de la compañía Sky, le jodí los planes del fin de semana, porque al retrasar un día, tuvo que quedarse y no salir como tenía planeado. Por otro lado, iba a comprar algún tupper para preparar comida, pero me ha dicho que puedo utilizar los suyos sin problema. Así que yo encantada, aún no se que voy a cocinar, pero me satisface la idea de la libertad de poder cocinar y guardar o transportar.
Cuando iba hacia el metro, ya de noche, como las 19-20h, sin intentar mirar mucho el móvil por todo lo que me han dicho, y contando cuadradas según había mirado antes de salir, una señora me para y me pregunta ¿por dónde queda Larco? Y me saltan todas las alarmas…
- … tengo pinta de gringa y ya me quieren robar.
Miro a un lado, miro al otro, la gente seguía caminando a su rollo y la señora estaba más perdida que yo. Hablamos un poco, la habían dejado más allá de la zona que conozca y andaba un poco desorientada. Tampoco tenía móvil o estaba apagado. Le dije que acaba de llegar, e iba hacia el metro de Shell y me dijo que hacía allí estaba Larco, y me acompañaba. Así nos acompañamos hasta la calle y ella siguió hacia abajo y yo hacía arriba. Nadie me robó.
Ya cuando volvía del supermercado, decidí volver por la parte directa, ya que iba con bolsas encada brazo, mejor no estar dando rodeos. Salir todo recto y girar en el puente después de cruzar la avenida enorme por dónde pasa el metropolitano. Memoria y todo recto. Cuando ya había girado y me encontraba a la altura de Benavides (una parada de Metropolitano que lleva una calle que la cruza), me fijo un poco más allá de mi costado, y un señor se había bajado de un bus, estaba parado decidiendo a dónde ir y con un palo largo y blanco, identificado como ciego/ invidente. Pensé, para salir aquí a la calle en Lima, ese señor es un valiente, pero también debe de saber.
Me equivoqué en una de las cosas. O observé, y de repente comienza a mover el bastón y dice en voz alta: ¡voy a cruzar, se puede cruzar, voy! . Pensé, "cónchale la madre", este hombre está perdido. Resultó que estaba enfocando para seguir recto la acera, así que el señor estaba desubicado. Recordé parte de los conocimientos que Silvia (tocaya y compañera de carrera, también invidente), que hay que acercarse y hablar, presentarse y ofrecer ayuda. Así hice, aunque me olvidé presentarme, en nuestro corto paseo lo hicimos.
Lo acompañé al metropolitano Benavides, y aún seguía pensando si era una trampa macabra para robarme jajajaja. No es bueno meter tantas ideas malas en la cabeza. Seguro que si me quisieran robar, no serian tan sutiles. Lo normal es que te vengan en moto dos, se baje y a punta de pistola se lleven tu móvil. (o eso me han contado). Aunque parezca estúpido, me sentí "realizada" y que había aportado algo bueno a la humanidad. Porque a ese pobre señor nadie le hizo caso, aunque es cierto que no había demasiada gente.
Había entendido que para guiar, te cogían del hombro, pero este señor, fuera porque yo era mayor a lo acostumbrado, o que estoy equivocada, me cogió del codo. Aún así, queda mucho que mejorar, porque hay cosas que das por sentadas, y el señor casi se come un mojón de cemento por no avisarle. Pero a tiempo reculamos y le expliqué . No fui la mejor guía, pero si vuelve a surgir, mejoraré.
Cusco
Llegué
un día más tarde a Lima de lo que esperaba y deseaba, la compañía canceló el vuelo
a las 7 am por labores de mantenimiento, aunque yo vi ese email hasta que estaba camino del aeropueto. Nos tuvieron que dar hotel, transporte
y comidas. Pero para eso, se tardaron horas en poder tramitar, porque la gente queria
otra alternativa. Unos tenían enlace de vuelos, otros problemas familiares y otro
como yo, aceptamos sin rechistar mucho. Lo que aprendo de aquí es que ya sea por
la compañía o el lugar, no coger avión con enlaces internaciones porque aquí esto
puede ser muy frecuente.
Sea como fuera, aproveché para pasear un poco más por Cusco. Fue poca cosa, porque estaba incubando un malestar que aún me acompaña. Me dormí a las 9:30pm, en consecuencias, me desperté desde las 2 a.m muchas veces hasta que las 6:30 ya estaba cerrando maletas para bajar a desayunar y hacer pequeñas gestiones, pues a las 10am pasaban a recogerme.
En uno de mis paseos por Cusco, conocí a José, el cual quería venderme un turs en bus turísturtico, le escuché,pero yo suelo pasar de ese tipo de cosas. Pero le acabé diciendo que si quería, a lo que lo invitaba, era una chelita. Aceptó sobre la marcha. Caminamos unas calles y fuimos a un sitio más del pueblo. El se tomó una litrona y yo media, eran las tallas que había. Resulto que era abogado, pero no ejercía. Prefería la vida que llevaba, aunque ayudaba cuando podía a quien necesitaba. Hablamos de la vida, a cultura y algo de historia de Perú y políticas. Una vez terminada, cada uno siguió su camino con la promesa de "hasta que nos volvemos a encontrar", y que lo encontraría por la plaza de armas a mi vuelta. Nos sacamos una foto en la despedida. Nadie me robó, ni me timó ni me faltó al respeto.
Después de pasear un poco más, me volví al hotel a cenar y descansar.
Día entretenido, pena no sentirme muy bien.
Bueno familia, con esto termina la "tortura" de mi texto del día. Son las 9:30 y voy a ir "alistándome " para aventurarme en la ciudad de LLima.
¡Se les quiere!