Ilet la Mere
Este sábado 18 fuimos por l'ilet la mere. Muy salvaje. Fuimos en un barco turístico con la misma compañía que fuimos a Ilet du Salud. Dimos toda la vuelta a la isla en unas dos horas, parando frecuentemente para fotos para el Instagram. Un paseo fácil y familiar, aunque no quitó algunas zonas bien encharcadas que hizo de mis zapatillas una delicia de barro.
Después nos dimos un baño en la única costa con arena, pero solo me atreví a meterme hasta las rodillas. El agua estaba marrón, típico aquí, pero lo que me inquietaba era que el suelo parecía arenas movedizas y cada vez te ibas enterrando más. Daba mal rollo la textura y el que te pudieras enterrar.
Tuvimos que comer en el agua, yo sentadita. Un bocadillo que saqué de la mochila rápidamente como puse y corrí, literalmente, hacia el agua para que no me robaran el bocadillo los monos. Había muchísimos pequeños monos que desde que abrías la mochila, venían rápidamente un montón. Pero al agua no venían. Así que mientras nos observaban desde la orilla pude comerme mi bocadillo de pollo bucanom que estaba bastante rico y oloroso.
Y tan oloroso que estaba el bocadillo, que los monos después de una vez comido, siguieron intentando perturbar mi mochila. La ropa de cambio la tenía en una bolsa de basura (por si acaso llovía) y me la revolvieron toda a ver si pillaban algo.
Muchas veces era acosador, se te subían encima sin previo aviso. Creo que llegué a tener tres encima más los que te miraban con mirada acosadora.
También intentamos subir a la antena y al semaphoro (no supe lo que era). Pensé que eso del semaphoro podría ser una especie de faro, pero los caminos internos de la isla eran un desastre. Había varios árboles que se habían caído y cortaban el camino, algunos podías pasar por abajo o por encima, en otros casos estaba balizado para ir por otro lado que resbalaba porque no se podía pasar. El camino fue muy incómodo para después no ver más que un edificio con una antena. El camino del semaphoro no lo encontramos.
Esos monos son mal educados y tienen hambre. Están acostumbrados a que le den comida los turistas. Llegaron a esa isla porque los franceses experimentaron con ellos. No tuvieron la decencia de castrarlo o encargarse de ellos después de los experimentos y ahí los han dejado. Ya les podría dar vergüenza. Para colmo, hay pocos arboles frutales, así que se han hecho unos expertos en robar comida y agobiar al turista. Casi es el mayor atractivo de la isla, para el que le guste.
Fuera de los 3 caminos, el carbet
mal cuidado y algunos carteles. Es todo muchísima vegetación. Había unos cactus
que desentonaban totalmente con el entorno. Porque yo no soy una experta, pero
unos cactus en el amazonas como que no debe ser muy autóctono.
El domingo íbamos a ir unos cuantos a alquilar unos kayac y montar al Crique Gabriel (que no tengo ni idea que es). Serán unas 2 horas de subida hasta un lago, o eso creí entender. Comer allí, disfrutar el día y bajar a favor de corriente. Mis sándwiches, almendras, compota y agua ya estaban preparados. Pero pasó toda la noche lloviendo y cuando me desperté por la mañana a las 7h, mi chips mental me dijo que mejor no fuera, y decidí que no iría.
No era un día para aguantar muchas gilipolleces y tal vez, pasar todo el día bajo la lluvia. No, el domingo no se me antojaba nada alentador. Así que decidí quedarme siempre y cuando no perturbara a los demás.
Y por aquí ando, de domingo de no hacer nada, de esos que también saben mucho a gloria. La casa sola para mi. Aunque no hay gas desde el viernes. Porque están esperando a que se lo solucione el jefe o el encargado. Yo lo intenté, tenía 25 min y cogí la bombona y fui a la estación-gasolinera, pero esta no tiene gas. Así que como nadie más se ha movido, tuvieran tiempo o no. Seguimos sin gas para cocinar hasta vete tu a saber cuándo.
Por lo demás, todo genial.
¡Buenas vibras y feliz día!