Sendero Molokoi

23.05.2022

 Sentire du Molokoi

Un fin de semana para recordar. Porque tengo la fea costumbre de olvidar los malos momentos, y así me va. Capacidades del ser humano, si no tal vez, la humanidad se hubiera extinguido hace siglos.

Este fin de semana merece su propio artículo por su sufrimiento. Y es que mira que leí varias páginas e información de él. Y es verdad que ponía que se requería buen estado físico, pero también leí en contraindicaciones, no apto para sillas de ruedas. La cosa es que siempre entendí que hacer 18km de una tanda era lo que requería una buena condición física, y nosotros lo haríamos en 2 días. Un detalle importante decía, evitar época de lluvias. Y yo diría , que son épocas de lluvias.

Caminé por barro en el que podía hundirme hasta las rodillas y en el que al intentar sacar el pie, hacía efecto ventosa. También por barro por los tobillos, era muy común. Te ibas deslizando a cada paso. Tenías que tener cuidado dónde ponías la mano, por veces había unas plantas como si fueran palmeras negras con afilados pinchos. Y claro, la tendencia al deslizarte y no caer de culo es apoyarte, y uno de los compis abrazó con la mano una de esos. Dice que después de un rato suavizó el dolor. Y te puedo decir, que evitar caerte y deslizarte durante horas de caminar, puede cansar hasta al más deportivo que fue con nosotros.

También tocó atravesar ríos. El primero, que pensábamos que serían unos pocos solamente, lo tuve que atravesar sentada a horcajadas. Tiré de brazos, piernas, culo. El árbol no era estrecho, pero tampoco lo suficiente ancho para dar seguridad. Nadie se cayó, pero varios sufrieron. Y ahí aún no llevábamos ni 2km, y ya me estaba arrepintiendo. Aun así, pensaba que llevaba más de 2km recorridos. Si lo llego a saber, me doy la vuelta. Mientras cruzada con mi gran culo, mi gran mochila pesada de muchos litros de agua, hamaca y bártulos para dormir, todos me miraban expectantes y me vitoreaban, había trabajado más que nadie para cruzar ese río, y no sabía lo que aún quedaba.


Todos, sin excepción, llegaron exhaustos. Unos llegaron después de 4h y pico de caminata. Yo y los que esperaron por mi (aunque alguna iba también bastante mal) tardamos 6h30. Ni un pipí en el camino. Iba empapada por el sudor, el esfuerzo, el calor y los siguientes ríos que atravesé. Además, que los charcos de barro hasta la rodillas y/o las caídas también mojan.

Caminamos durante 6h y media para hacer 11 km. ¿perdona, que clase de tortura era esta? Mi reloj marcó 18km. Sea como fuera, las 6h de caminar a paso tortuga nadie me las quitará. Al día siguiente quedaban otras tantas.

Yo llegué al carbet, me tiré en el suelo, literalmente. Y cuando cogí resuello, me fui al rio a bañar. Me había venido la regla en medio de la caminata, y como pude, me lavé y puse la copa como si aquello casi no fuera conmigo. No se en que momento me bajó, diría que cuando atravesé aquel tronco a horcajadas. Así que tuve que bañarme entera en el rio. Debía lavar toda mi ropa, que obviamente, no se secó.

Me fui a dormir a las 19h, aquellos con el ron que se habían traído a cuestas, estaban celebrando haber sobrevivido y estar vivos.

Yo pasé un rato con ellos, cené a las 18h, tomé un pequeño ron y me fui a medio dormir, medio descansar. Nadie descansó muy bien y con los primeros rayos de luz comenzamos a recoger y comer algo. 

Yo por mi parte me dio nauseas, y solo logré comer menos de medio sándwich y dos huevos duros pequeños 

Comer tan poco y mal, me pasó factura a la parte más dura de la ruta, la primera hora y media, era todo subida y más subida. Algunas empinadas, algunas menos empinadas, pero subidas. Cada 20 o 30 min tenía que parar a comerme un puñado de frutos secos que había comprado de oferta (y caducados por 3 meses, me di cuenta el sábado) y un montón de agua. Y después de 4h y 30 minutos de caminatas mucho más agradables (y seco) que el día anterior, exhaustos por los dos días, llegamos a medio día al mercado de Cacao. En esta etapa, me acompañó el otro compi todo el camino. Cuidó de mi y me dio agua. Sacamos fotos y pudimos al menos, disfrutar un poco la ruta.

A la hora de dormir no pude disfrutar mucho de los sonidos de la naturaleza en medio de la selva, pues entre el grupo de gente que había, la música y el festejo poco se escuchaba. Después cuando todo cayó en la calma, no creo que ningún animalito quisiera acercarse a deleitarnos. Bueno si, se escuchaban muchos grillos y algunos pájaros, pero eso más por el día.

El sendero hace honor a su nombre por una tortuga que transitaba mucho, pero sería antes, porque yo solo vi algunas serpientes tipo culebras, muchas hormigas de diferentes tamaños, algunas ranas enanas y unas cuantas mariposas azules preciosas que pasaban volando super rápido y casi no podías ver.

No tengo muchas fotos, estaba concentrando toda mi energía en sobrevivir. Además, sacar el móvil podía causar más peligros aún, y estaba metido en una bolsa dentro de otra bolsa, que a su vez estaba en la mochila que llevaba con protección para la lluvia (pero no para los ríos). Así que alguna foto de alguien que haya sacado, cuando tenga en mi poder, actualizaré.

El mercado y pueblo de Cacao son un lugar muy peculiar. Un lugar alejado por la mano de dios, olvidado por los políticos tiene unas carreteras lamentables. Entiendo que llueve mucho, pero esos baches eran cráteres. Si cogía uno, lo contarías desde el cielito. Por suerte, por un tramo, parece que están haciendo una carretera. A ver si esta la hacen mejor. Porque parece que está sobre unas tierras pantanosas y arenosas y con las lluvias dura poco. Será parecido a lo que han hecho con la pista de Morro Jable (en Fuerteventura) pero que llueve mucho menos.

En Cacao parece que vive una comunidad de asiáticos, y se come muy rico. Tienen mercado, que suele ir mucha gente. No cobran con tarjeta y no pude aprovechar mucho. Aún asi, ahora tengo muchas deudas y agujetas. Pues varios compis me dejaron algo de efectivo para sobrevivir y pude tomarme un zumito fresquito como premio a mi sufrimiento.

De pasar dos días caminando con la ropa mojada, tengo rozaduras en mis íngles y muslos. Además, unas buenas agujetas. Pero diría que alguna compañera se ha quejado mucho más que yo. Dice que tiene dolores y agujetas por todos lados. Y se ha escaqueado de trabajar todo lo que han podido, y un poco más.

Mientras tanto, puedo decir que HICE EL SENDERO MOLOKOI el sendero más largo balizado de Guyana Francesa. Y que me acordé de mucha gente, y además hubo momentos que pensé que no saldría de allí.

¡Fuera dramas! 

Después del mercado, fuimos a buscar coches al punto de partida y al restaurante donde habíamos reservado previamente. Comimos divinamente, pero lento. Disfrutamos de un menú de entrante y pincho delicioso. El problema vino al pagar, que se perdía la cobertura y tardamos 1h para poder pagar con tarjeta. Se colgaba cada 2 por 3. Cosas de Guyana y zonas alejadas. Yo ya aprendí que debo llevar efectivo si quiero vivir y disfrutar aquí.


Fin de semana superado y aprendiendo de una misma.

¡Un saludo familia!