Última semana vacaciones por Isla Reunión

04.07.2021

Domingo dominguero. Curioso que cuando una piensa en que va a viajar, vivir viajando, conocer mundo. Piensas que será fácil cambiar costumbres, rutinas, pero nada más lejos de la realidad. Sigues haciendo lo mismo, o muy parecido, según las circunstancias, estés donde estés. 

Hoy domingo, último día de vacaciones, me quedo descansando y recogiendo por casa. Después de la última semana de salidas, la casa estaba un poco destroye. Así que nos hemos levantado con la idea de descansar, limpiar  y recoger. En realidad, con la suerte de no tener muchas cosas, hace que todo sea más rápido y más sencillo. 

Así que ahora nos estamos tomando un descansito de la limpieza más fuerte, escuchando música española, y cada una con su portátil poniéndose al día. Lo mismo podría estar haciendo en cualquier parte del mundo, a miles de kilómetros, como en canarias. Así que si, no viajes para cambiar. Cambia, y después ya si quieres, viaja. Obviamente, también puedes viajar si te apetece, pero eso no cambiará las costumbres, lo harás tu, no el viaje. 

Eso si, no vas a cambiar las cosas que te hacen bien, y un domingo dominguero de relax hace que cualquier adulto recargue energías como nadie. 

Viaje hasta Isla Reunión y sus motivos Imperiosos

Irys aún pensaba que a pesar que nos habían dado las tarjetas de embarque, posiblemente tuviéramos que volver a pasar por el mostrador, peor no hizo falta. Hicimos nuestro registro de viaje para seguimiento covid, y pasamos las tres el puesto de seguridad. No sin algún pequeño percance. 

Al llevar tantas cosas encima, contando a Luna, y las prisas para pasar por el control, parece que todo el mundo va estresado. Será por las colas que hay que hacer. La cosa es que se me coló la tarjeta de embarque y no la encontraba, por un momento mi pico de sudor y ansiedad estuvo en nivel máximo. Pero enseguida fue solucionado. A Irys le pasaron la maleta por un extra de seguridad, control de explosivos. La aleatoriedad le tocó a ella en todos los pases de seguridad, serán sus pintas jajaja. 

El vuelo, fue el más largo de mi vida. Es lo que tiene ser pobre y no gastarse los dineros en mejores asientos. Nos pusieron entre niños, y justo delante del niño más insoportable. Lo de dar pataditas, perretas ( debía estar en la fase del No) y solo dormir al llegar, hicieron un viaje muy pesadilla. Cuando salimos por delante ( al entrar entramos por diferentes partes del avión), vimos lo que hace el dinero. Por delante parecía que habían quedado muchos huecos libres, pero aún más adelantes, los asientos eran la hostia. Y ya los últimos de adelante era una cosa de solo visto en películas.  Era la primera vez que viaja con Airfrance, las otras veces con Frenchbee no había visto esos asientos. 

Lo bueno de ir con Airfrance es que a pesar de ser un poquito más caro ( casi no había diferencia), en este se incluía todo, todo. La bebida en frenchbee te la cobran aparte, y no te dan desayuno. En Airfrance disfrutamos de un vino con la comida, un aperitivo al final, un desayuno completo de desayuno y podías repetir bebidas y esas cosas sin problemas ( me imagino que sin pasarse). Una cosa de locos, no estoy acostumbrada. Así que mereció la pena. Además, en Airfrance, al igual que frenchbee había que comprar los billetes con animal, por teléfono. Y Airfrance me permitía hacerlo en Español. ¿Así que ya saben a quien han ganado como viajera frecuenta ,verdad? Pues eso. 

La tortura del vuelo de 11h siguió cuando salimos de la terminal, sacamos a Luna para que estirara las patitas y nos encaminamos a las 8h30 de la mañana, bien orinadas, hacía la parada de guaguas (bus). En el aeropuerto hay un en lace directo con la ciudad, y frecuente. Pero si vas para el lado contrario, el este, la cosa cambia. El bus sigue siendo amarillo, pero debes ir a la parada de fuera y coger la línea E2 que pasa a cada hora, con suerte. Y no la tuvimos. Acababa de pasar, así que tuvimos que esperar una hora para poder coger el bus, con una resaca de sueño y una mala hostia gradual. 

Luego una vez en el pueblo, no sin sus anécdotas en la guagua de un personaje posiblemente alcoholizado a las 10 de la mañana, tuvimos que caminar al solito, por unas aceras mal adaptadas y donde aparcan los coches para llegar a la calle de casa, de tierra. Mientras tirábamos de la maleta de 24kg y mochilas de unos 10kg. Una vez en casa, fui a buscar la llave a mi locatier y llegamos a casa, ¡yuju, POR FIN!

Una buena siesta y a hacer la compra para alimentarnos. Pero antes tuvo que venir el mecánico de mi coche, que se lo había quedado para hacer puesta a punto y arreglarme el aire acondicionado. Frustrante, no había arreglado el aire acondicionado, que el problema estará por el salpicadero y era más difícil acceder. Pero será cutre el tío, y no va y me dice que la clima no es muy buena ni saludable. No estaba yo para discutir en otro idioma después de pasar tanto tiempo sin dormir y de viaje. Pero no me vengas un coche diciendo que tiene clima y después nunca me funcione, cojones. Ahora tengo que esperar la factura porque dice que hizo una revisión y cambió las ruedas de adelante para atrás, y viceversa. 

Unas ganas de desaparecer de la jodida isla. Mi niñ@, me van minando la moral esta gente, me desgastan mi buena energía. Te sientes indefensa y timada, y como escachar cabezas no está bien visto, te quedas frustrada. 

Después de la dura llegada

Ya tengo mi Carta Vitale, mi seguridad social en regla. Así que ya me puedo poner mala, y solo tendría que pagar el 30% de mi asistencia, yea. Fuera ironías, ahora debería hacerme con algún seguro (mutuele) para ese 30% que falta, como hace todo francés trabajador respetable.

El fin de semana nos fuimos por aquí cerca, a la riviere du Mat, aquí al lado, nos dimos un medio chapuzón. El agua estaba bien fría. Pero yo y Luna nos bañamos, ella era la primera vez que se metía por propia voluntad en el agua desde que la conozco. Así que nadó hasta mi y dio la vuelta, todo un "momento".

Ese mismo día, también subimos a la cascada de la mer, bueno, en realidad se llama Bassin la mer, pero para entendernos. Unos 40 minutos de subida y yincana, y otros tantos de bajada. Es divertida y no te das cuenta que acabas agotada por solo 1h y  media de paseo. Irys estuvo con agujetas unos días, yo ya había pasada por ello. Luna cansada, pero disfrutó todo lo que quiso. 

El martes, ya recuperadas del paseo del bassin, le propuse hacer una ruta, que según decían los libros, se hacía en 2 horas y media. Así que no debía ser tan dura, ¿no? , llevamos la tienda y todos los bártulos y dormíamos abajo. Hubiera estado guay una gîte, pero no suelen aceptar a perros. Así que llevábamos a la espalda un extra de unos 7 u 8 kg (no tengo pesa para saber exactamente, pero pesaba).

La ruta fue desde Col de Beauf hacia La Nouvelle. Mucha gente la hace en 5 horas y hasta con niños, me parece una locura. Subir y bajar en el mismo día. Además, para llegar al punto de partida, es lejísimo. Tardamos como 1h y media en coche. Aunque puede que sin el peso de la mochila, hubiera sido más llevadero, me sigue pareciendo una locura. Con niños,..ais.

La noche fue fría para los 1500 metros de altitud, pero con ropa térmica y los sacos de dormir fue sobrellevable. Yo me agobio metida en mi saco entera, y eso a Luna le vino bien. Porque después de las primeras horas, vino pidiendo calor. Y de los pies pasó a mis riñones. La tapé un poquito y allí durmió ella gustosamente entre las dos. 

Como nos fuimos con hornillo y todo. Ese día, para lo duro que fue, comimos poco. Un huevo duro fue el almuerzo, acompañado de unos frutos secos, pues nos cogió de ruta. Después ya abajo instaladas, media barra de pan, unos tipo "yatecomo" y poco más. Eso sería sobre las 17 o 18h, y fue toda la comida del día ( sin contar el desayuno antes de salir de casa). Así que para la subida nos quedaba la otra media barra de pan y una lata de sardinas. Eso si, un cafecito nescafé, el que sobró después del primer percance. 


Una vez bien recogida la tienda y segundo café en la cafetería del pueblo, esta vez con leche y todo. Y un buen desahogo en el retrete que podía llevar años sin ser limpiado. Nos pusimos en marcha para subir 5 km con casi 700 metros de desnivel y bajar 1km hasta el coche, el cual se hizo eterno. Al menos esta vez, no llovía. Vinimos directas a casa, pasando por el burguerKing card ( lo único que estaría abierto y nos daría de comer un miércoles tarde en St. André) sobre las 17h, para coger todas las calorías que habíamos perdido en 24h. 

Irys se pasó unos días sufriendo por bajar y subir escaleras. Yo un poquito, pero por suerte, el cuerpo tiene memoria, y en esa intensidad, yo ya lo había pasado hace solo unos meses. ME recuperé mucho antes. 

Esto no nos frenó, y el viernes, ya más recuperadas, nos fuimos a acampar a la playa. Esta vez, mucho menos frío, pero más bichos. Nos hicimos una pequeña hoguera, comimos un picoteo y dormimos al sonido de las olas golpeando suavemente en la orilla. Son playas con mucha arena, con profundidad hacia dentro, con árboles. Y bajo los árboles, pusimos la tienda. Por la mañana empezó a llegar gente para preparar el chiringuito para todo el día. Antes de las 19, un grupo ya se estaba echando unos cubatas y habían delimitado una zona con cintas y todo. Y nos fuimos, claro.



Y esto es todo por el momento, puesto que si no publico, se me va a juntar una semana con la otra. 

¡Hasta pronto familia!